En la rítmica, las gimnastas compiten en categoría individual o en conjunto… ¿Alguna vez habéis reflexionado sobre qué significa la palabra conjunto? Un conjunto es, entre otras cosas, un grupo de personas que actúa bailando o cantando, una orquesta formada por un pequeño número de ejecutantes o un equipo deportivo… esto lo dice el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Pero, las primeras acepciones de la palabra conjunto señalan otros conceptos:
1.- Unido o contiguo a otra cosa
2.- Mezclado, incorporado con otra cosa diversa.
3.- Aliado, unido a alguien por el vinculo de parentesco o de amistad.
Algo unido. Pero también mezclado. La unión del aliado…. Unidos, pero mezclados. Unidos y aliados. Un equipo.
El deporte de equipo, como en este caso, la práctica de la rítmica en su modalidad de conjuntos, fomenta el compañerismo con el resto de las gimnastas del equipo o del club; el respeto por el adversario, también compañero y nunca enemigo… y fomenta también la responsabilidad, porque el resultado final del ejercicio depende no sólo del trabajo de todas, sino del de cada una de las componentes de equipo: si falla una, fallan todas.
Para l@s niñ@s o adolescentes en crecimiento, pertenecer a un grupo, convivir con otras personas que no forman parte de su ámbito familiar o escolar, supone una apertura de miras fundamental a la hora de su desarrollo. Para niños o adultos, formar parte de un equipo es vital: nos hace sentir parte de «algo», de una familia elegida. Sentirte aceptad@ por el grupo contribuye a mejorar la autoestima. Y encontrar un lugar, un espacio, donde a veces lo más importante no es el deporte, sino el apoyo de l@s compañer@s y amig@s, las críticas… y sobre todo, el amor, no hace sino fomentar el desarrollo personal. En este caso, si con esa familia compartes la pasión por la rítmica, mejor que mejor.
Nuestras gimnastas entrenan, compiten y (casi hasta) viven en equipo. Suelen estar formados por 6 o incluso 7 gimnastas: cinco salen al tapiz, pero es necesario contar con una o dos de reserva, en caso de lesión o incidente que inhabilite a otra compañera. Las gimnastas de reserva, como en cualquier otro deporte de equipo, son tan importantes como el resto. Igual de preparadas, igual de concentradas: listas para salir al tapiz en cualquier momento.
La rítmica exige además un alto grado de coordinación y sincronización para el manejo de los aparatos, que son una extensión de ellas mismas: tendrán que manejarlos no como seres individuales, sino como un todo.
Todas llevarán el mismo maillot, como una.
Todas se moverán al ritmo de la música, no como cinco: sino como una.
Todas del mismo rango de edad: como si fueran una.
Y todas, más o menos, de las mismas características físicas: para ser una.
Esta es la importancia del equipo: conseguir que todas las piezas funcionen… como una sola.
Bravo!!!
Siempre da gusto leer este tipo de crónica ??